miércoles, 12 de junio de 2013

LA IMPORTANCIA DE LA EMPATÍA EN EDUCACIÓN

La empatía consiste en “ponerse en el lugar de los demás”, es la capacidad que nos permite entender los sentimientos, actitudes y comportamientos de otras personas.
 No implica sentir compasión, sino comprensión.
 No implica justificar sus actos, solo entenderlos.
Partiendo de estas premisas, podremos avanzar un paso más en la búsqueda de posibles alternativas ante la presencia de un problema, especialmente porque podremos aplicar el principio de reversibilidad en nuestra mente.
Este principio consiste en plantearse la posibilidad de que la dirección de nuestro pensamiento esté yendo en una dirección equivocada, y por lo tanto, quizá debamos cambiar la perspectiva.


Un ejemplo claro lo podemos hallar cuando ejercemos la labor de maestros o maestras. Ante el reto de educar a un niño que tiene una conducta negativa, la primera idea que nos suele venir a la cabeza es la de ¿cómo puedo hacer para que modifique su comportamiento?. Eso nos lleva a toda una serie de ideas y acciones para que ese niño se “porte bien”, como intentar con castigos, riñas, ignorarle, etc…
Cuando lo que deberíamos hacer es plantearnos las siguientes preguntas:
1.  ¿Siempre se ha portado así?
Es probable que la respuesta sea negativa. Nadie tiene un comportamiento fijo, sino que cambia según vamos experimentando con la vida y las personas que nos rodean.
2. ¿Cuándo empezó a portarse así?
Suele haber un antes y un después,  aunque no siempre somos conscientes de ello.
3. ¿Qué hay detrás de un niño que empieza a suspender cuando siempre sacaba buenas notas?
Quizá debemos indagar en el motivo por el que ahora no hace bien las cosas: ¿le atendimos adecuadamente cuando lo hacía bien?
4. ¿Qué hay detrás de un niño que siempre ha sido obediente y de pronto empieza a desafiar a sus figuras de autoridad?
Quizá debemos empezar a pensar que cuestionárselo todo es parte necesaria de su aprendizaje.
5. ¿Qué hay detrás de un niño con mirada triste?
A veces sobrevaloramos la sensación de felicidad en la infancia, pero cuando la tristeza de un niño se prolonga en el tiempo, es señal de que está sintiendo algo importante y necesita apoyo.

Por último debemos reflexionar y aplicarnos la autocrítica para comprender cómo se sienten nuestros alumnos.

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